El término "psicosis" se utiliza para describir ciertos estados clínicos en los que la persona afectada pierde el contacto con la realidad. La psicosis altera funciones fundamentales del ser humano, como son los pensamientos, los sentimientos, la percepción y la conducta; y la naturaleza de los síntomas predominantes permite diferenciar entre varias formas clínicas de psicosis.

La psicosis no siempre es una condición clínica estable, sino que varía considerablemente en la persona que la padece. Cuando aparecen o se reactivan los síntomas de psicosis se describe dicho estado como un "episodio o brote psicótico".

Las psicosis más frecuentes son la Esquizofrenia y las Psicosis Afectivas. Otras manifestaciones de psicosis son los Trastornos Paranoides, el Trastorno Esquizoafectivo, el Trastorno Esquizofreniforme, el Trastorno Psicótico Breve o las Psicosis Orgánicas.

Síntomas comunes

Aunque son diversos los síntomas que caracterizan a las diferentes psicosis, se presentan los siguientes síntomas comunes:

1. Confusión del pensamiento: Dificultades para concentrarse, seguir una conversación o recordar cosas. El pensamiento puede acelerarse o volverse excesivamente lento.

2. Ideas delirantes: Interpretaciones erróneas de la realidad, que pueden manifestarse, por ej., como convicción de ser observado o perseguido.

3. Cambios en los sentimientos: Acusadas oscilaciones en el estado de ánimo (exitación y depresión), sensación de extrañeza y de estar alejado del mundo, disminución de las respuestas afectivas.

4. Cambios en la conducta: Comportamientos inusuales o extraños, hiperactividad o periodos de letargo, risas inapropiadas, agitación o preocupación sin motivo aparente. Alucinaciones: Percepción de cosas o estímulos inexistentes, a través de cualquier sentido (vista, oído, olfato, gusto, tacto o sensaciones corporales).