ha tomado como referencia las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Asociación Internacional de Psicosis Temprana (IEPA) para estructurar la labor y organización de los servicios:

  1. Mejorar el acceso a servicios de atención temprana en psicosis. Crear, para ello, en los dispositivos de atención primaria equipos que faciliten un enganche rápido y más efectivo de la población juvenil con características de riesgo. Los objetivos son reducir el periodo de psicosis no tratada, favorecer la aceptación voluntaria del tratamiento y reducir las tasas de suicidio en los dos años siguientes después del diagnóstico de psicosis.

  2. Favorecer el conocimiento de la población general sobre la psicosis, su detección temprana y su adecuado manejo. Se recomienda que la educación reglada debiera permitir a todos los adolescentes conocer qué es la psicosis y cómo debiera abordarse; para lo cual es necesaria la formación específica de profesores y de responsables de otras organizaciones sociales.

  3. Favorecer la recuperación mediante estrategias que promuevan una imagen positiva de la psicosis. El objetivo es conseguir una pronta incorporación al trabajo o al estudio de las personas afectadas, y un nivel de satisfacción en dichas actividades al cabo de dos años equivalente al de la población de su misma edad y sexo.

  4. Favorecer el enganche y el apoyo de las familias. Mejorar el acceso a la información y educación de los familiares, y proporcionarles apoyo social, económico, práctico y emocional de forma rápida.

  5. Desarrollar programas específicos de formación de los profesionales de los servicios sanitarios de atención primaria. Formación continuada relativa al reconocimiento, cuidados y tratamiento a los jóvenes con psicosis.

El programa hace suyas las 10 acciones estratégicas siguientes para los próximos años:

  1. La detección temprana y el acceso al tratamiento en el marco de los servicios de atención primaria.
  2. La disponibilidad de intervenciones farmacológicas y psicosociales.
  3. El tratamiento en la comunidad, evitando entornos restrictivos o coercitivos.
  4. La educación de la población general sobre la detección temprana y el manejo de la psicosis.
  5. La colaboración con grupos de auto-ayuda, familiares u otras organizaciones.
  6. El desarrollo de políticas asistenciales, programas y normas legales que aumenten los recursos asistenciales a la psicosis temprana.
  7. La formación del capital humano de los servicios asistenciales sobre la psicosis temprana y su tratamiento.
  8. El establecimiento de vínculos con otras agencias, centros educativos y ONGs para que participen en el proceso de recuperación de la psicosis.
  9. El desarrollo de indicadores sobre la salud mental de la comunidad: duración de la psicosis no tratada, tasas de recuperación, morbilidad, mortalidad (incluyendo suicidio) y efectividad de los programas de prevención y tratamiento temprano.
  10. El apoyo a la investigación sobre la prevalencia, evolución e impacto de la psicosis temprana en la comunidad: causas, tratamientos, modelos asistenciales y necesidades.

Potenciales agentes de derivación de personas de riesgo al programa

  • Escuelas
  • Institutos
  • Universidades
  • Servicios de voluntariado
  • Servicios sociales
  • Médicos de familia
  • Equipos de atención primaria
  • Servicios de emergencias (protección civil)
  • Equipos de salud mental comunitaria
  • Equipos de salud mental infanto-juvenil